Europa Central y del Este: Aprovechar el potencial de innovación

A raíz de los extraordinarios acontecimientos de finales de los años 80, numerosos países de Europa Central y del Este iniciaron un proceso de transición hacia una economía de mercado, dirigida hacia la innovación y basada en los conocimientos.  Aun cuando dichos países tienen un potencial de innovación enorme, establecer ecosistemas de innovación en los que se aproveche plenamente ese potencial, traduciéndolo en un crecimiento económico sostenido, constituye un desafío permanente.  En este artículo se aborda la importancia estratégica de las universidades, las organizaciones y los institutos públicos de investigación a la hora de fomentar el nivel de innovación en la región así como sus perspectivas de crecimiento y se analizan las herramientas de que dispone la OMPI para respaldar a los países que emprenden ese tipo de iniciativas.


En Europa Central y del Este se encuentran varias de
las universidades más antiguas del mundo, incluida
la Universidad Jagiellonian. (Foto Mikolaj Rogowski).

“Antes de dar con una gran idea hay que tener muchas ideas”, dijo en su día el visionario inventor y empresario Thomas Edison.  Un flujo constante y abundante de ideas es un requisito para el nacimiento de tecnologías que pueden aportar un cambio positivo en la sociedad.  Como piedras angulares de los conocimientos y el aprendizaje, las universidades y los institutos de investigación están repletos de mentes curiosas que se esfuerzan por dar con soluciones creativas a los problemas cotidianos.  Pero las universidades y los institutos de investigación son también, además, plataformas de creatividad, y ofrecen un sinnúmero de oportunidades de traducir el potencial intelectual en soluciones creativas.

Los países de Europa Central y del Este tienen una sólida tradición académica.  En la región se ubican varias de las universidades más antiguas del mundo, como la Universidad de Praga, en la República Checa, y la Universidad Jagiellonian, de Polonia, que se remontan al siglo XIV.  Los países de la región cuentan con un gran número de inventores de talento con una extraordinaria formación y con una gran capacidad para producir y difundir conocimientos.

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